Las varices son dilataciones de las venas, que pueden ser desde trastornos en nuestra salud hasta simplemente algo estético. Lo que antes se trataba con cirugía, ahora puede solucionarse sin tener que entrar en quirófano. Si tienes este problema y no sabes cómo remediarlo, te contamos cómo eliminar las varices con láser o microespuma.
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La aparición de varices es un mal muy habitual entre personas de todo tipo. Aunque son más frecuentes en mujeres, personas que trabajan de pie y mayores de 50 años, pueden aparecer también a causa de factores genéticos, sedentarismo o tras el embarazo.
Principalmente, influyen de manera negativa en la vida de quien las tiene a través de síntomas como calambres, picazón o sensación de pesadez. En los peores casos, pueden desembocar en males mayores como trombosis o sangrados.
Lo ideal es prevenirlas a través del deporte, la alimentación saludable y utilizando prendas holgadas, pero cuando no ha sido posible evitar su aparición lo mejor es acudir a un profesional experimentado en busca de ayuda.
Gracias al uso de la tecnología más avanzada es posible obtener resultados óptimos, mediante un proceso indoloro y sin dejar cicatrices.
Además, independientemente de si escoges el tratamiento de varices con láser o con microespuma, podrás incorporarte inmediatamente a la vida laboral y no necesitarás anestesia. Todo se realizará de forma ambulatoria, por tanto, las sesiones pueden repetirse el número de veces que se necesite.
Asimismo, tratando tus varices con láser o microespuma podrás deshacerte de ellas completamente, sea cual sea su tamaño o cantidad, y salir caminando por ti mismo de la intervención sin necesidad de reposo en ningún momento.
Al contrario que con el uso de cirugía, en el que la reaparición del problema se da en el 60 % de los pacientes, con el tratamiento de varices con láser o microespuma se reduce notablemente la probabilidad de que esto suceda.
Una vez conoces los beneficios del tratamiento de varices con láser o microespuma, es conveniente saber cómo se lleva a cabo cada una de las técnicas, así que, si te interesa, ¡sigue leyendo!
Este método se conoce también como fotoesclerosis o ablación venosa endovascular.
En función del tipo de vena se aplica un tipo de laser u otro.
Para tratar venas varicosas, se practica una incisión de tamaño reducido para introducir posteriormente una fibra óptica fina o catéter. Esta es la encargada de desprender luz pulsada en el interior de las paredes venosas, haciendo que se cierren.
Lo bueno de esta técnica es que no es posible romper las venas ni causar daño en la zona porque la energía que aplica no actúa de forma radial. Además, se realiza con anestesia y solo suele tener como efecto secundario un ligero hematoma.
Para las arañas vasculares no es necesario realizar una incisión para llevar a cabo el proceso, basta con aplicar el láser directamente sobre la zona de la piel en la que se sitúan.
Este procedimiento suele realizarse en un número de sesiones determinado, que suele ir de 2 a 5, para eliminarlas completamente.
El único efecto que suele producirse es la inflamación y enrojecimiento de la piel nada más acabar la sesión, pero estos efectos desaparecen progresivamente unos días después.
Este tipo de terapia es la más innovadora. Se lleva a cabo inyectando en los vasos sanguíneos que se encuentren en mal estado una microespuma esclerosante que ayuda a eliminarlos.
La microespuma está compuesta por gases fisiológicos que tienen burbujas de tamaño muy pequeño (por ello se le llama microespuma) y una sustancia esclerosante que hace que los vasos enfermos colapsen, cicatricen y desaparezcan. Es capaz de tratar hasta los casos de varices más grandes que no podrían ser solucionados mediante cirugía.
Esta solución erradica el problema de las varices desde su interior, por lo que hace que vayan desapareciendo de manera gradual con el paso del tiempo, hasta eliminarse definitivamente.
Si has llegado hasta este punto leyendo, es normal que la pregunta que te venga a la cabeza sea: ¿qué es mejor para tratar las varices el láser o la microespuma? Nuestra respuesta es clara: depende. ¿De qué depende? Pues principalmente del estado en que se encuentren las varices.
Mientras que la fotoesclerosis es la más recomendada para las varices de grado 2 y 3, en los que los vasos están más dilatados, la microespuma se emplea cuando están en 1.er, 2º y 3.er grado, muchas veces combinándose con el láser si el caso es más complicado.
En ambas situaciones, la cantidad de sesiones que se requerirán irán en función de la gravedad de cada paciente. De todas formas, con la primera intervención suelen eliminarse el 90% de los vasos sanguíneos que se tratan. Los tratamientos deben ir espaciados entre ellos como mínimo con una semana.
En Sanitas te ofrecemos la posibilidad de que realices una primera consulta gratuita con uno de nuestros profesionales para que pueda asesorarte y valorar cuál es la opción que mejor se adapta a tus necesidades.
Sea cual sea tu situación, tengas problemas leves, como pequeñas arañas vasculares, o mayores complicaciones y seas o no cliente de Sanitas, nos encargaremos de darte el mejor servicio y posibilidades de financiación.
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