Los diversos tipos de reproducción asistida que existen están orientados a facilitar el embarazo a aquellas personas que presenten problemas de fertilidad. Son muchas las parejas que desean tener hijos y que, a causa de estas inconvenientes, no pueden hacerlo por los métodos naturales.
Es por eso que se han desarrollado innovadoras técnicas de reproducción asistida con el objetivo de ayudar a aquellos que estén buscando un hijo. Cada técnica de las que veremos a continuación es un tratamiento distinto para poder poner solución a los problemas de esterilidad o las dificultades de embarazo en parejas que están buscando ser padres.
En este artículo veremos cuáles son los tipos de reproducción asistida que hay disponibles, en qué consisten y más información que será de ayuda a la hora de tomar una decisión.
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Tabla de contenidos
La reproducción asistida es el conjunto de técnicas o tratamientos de la esterilidad que buscan ayudar al embarazo cuando no se ha conseguido por medio de los métodos naturales. En Sanitas calculamos que aproximadamente un 20% de las parejas presentan problemas de fertilidad.
Sin embargo, este no es el único caso en el que es requerido realizar un tratamiento de reproducción asistida. Este también es utilizado en aquellas personas que deseen tener hijos sin necesidad de estar en pareja, o en parejas homosexuales que también deseen ser papás o mamás.
El tratamiento se puede realizar tanto sobre la manipulación de los gametos femeninos o masculinos, es decir, los óvulos o los espermatozoides. Dependiendo de las circunstancias de cada pareja, se procederá a realizar una mayor o menor manipulación de los órganos femeninos o masculinos.
Con la ayuda de tratamientos hormonales y los diferentes tipos de reproducción asistida, se busca favorecer todos los procesos implicados en la fecundación del óvulo para que esta sea llevada a cabo. Además, también se puede realizar la donación de óvulos o de esperma en casos en los que esto sea necesario (padres solteros o enfermedades genéticas, entre otras causas).
Para entender los diversos tipos de reproducción asistida, debemos saber cuáles son sus indicaciones y en qué circunstancias está recomendado recurrir al tratamiento. Hay que recordar que los embarazos que se han realizado por medio de estas técnicas son más complejos que los obtenidos por métodos naturales, por lo que también se suman una serie de aspectos a tener en cuenta.
Es por este motivo que, de manera previa al tratamiento, se realiza un estudio básico de esterilidad con el propósito de analizar con precisión cuáles son las causas que generan la infertilidad y estudiar los antecedentes familiares y reproductivos de ambas personas de la pareja. Aquí también se recogerían datos sobre posibles síntomas que indiquen fertilidad y diagnósticos y tratamientos que se hayan llevado a cabo anteriormente.
Más tarde, se procederá a realizar las pruebas de diagnóstico como el análisis de la calidad seminal, las pruebas de la normalidad anatómica y funcional del útero y las trompas de Falopio, y otras pruebas para determinar la calidad de la ovulación.
En Sanitas trabajamos con dos tipos de reproducción asistida. Tras un estudio del caso individual de la pareja o persona que desea tener un hijo, se valora cuál es la técnica más ajustada a su situación. Estos son los dos métodos que se pueden utilizar.
La inseminación artificial consiste en introducir los espermatozoides previamente preparados en el laboratorio, en la cavidad uterina utilizado un dispositivo especial que se guía por ecografía en el momento cercano a la ovulación. Este es uno de los tipos de reproducción asistida más sencillos según afirma la Sociedad Española de Fertilidad.
En el caso de que no se obtenga la gestación, se suele repetir el tratamiento hasta en cuatro ciclos, debido a que la mayoría de las gestaciones se suelen producir durante el tercer ciclo.
Dentro de la inseminación artificial, esta se puede llevar a cabo a partir del semen de la pareja o del esperma de un donante.
Con el objetivo de aumentar la probabilidad de gestación, se realiza la estimulación ovárica por medio de determinados medicamentos. De esta forma se logra asegurar la ovulación para evitar posibles fallos durante el ciclo y también, lograr que crezca la posibilidad de fecundación de los óvulos. Para ello, se hará un seguimiento folicular o por ecografías que sea capaz de medir la respuesta al tratamiento.
Según lo define la Sociedad Española de Fertilidad, la fecundación in vitro consiste en poner en contacto los gametos masculinos o espermatozoides con los femeninos, también llamados ovocitos, para lograr la fecundación del óvulo y fomentar el desarrollo inicial del embrión fuera del embrión de la mujer.
Para que la fecundación in vitro pueda llevarse a cabo, se precisa de un gran número de ovocitos obtenidos a partir de un tratamiento de estimulación hormonal de los ovarios, controlado por medio de ecografías y análisis de sangre de seguimiento.
Dentro de la misma, podemos distinguir otros dos tipos:
Los espermatozoides se ponen en contacto con los ovocitos en el ambiente adecuado para favorecer que la fecundación se produzca de forma natural, dentro de un laboratorio. En este proceso, se recomiendan las siguientes indicaciones:
En este tratamiento se escoge un espermatozoide de gran calidad y se introduce en el óvulo por medio de una microinyección que favorece la fecundación. Consta de cinco fases principales: estimulación ovárica controlada, extracción y fecundación de ovocitos, cultivo y selección de embriones y transferencia embrionaria.
Esta medida se utiliza en el caso de que el semen sea de mala calidad o que otros métodos hayan sido fallidos.
En el caso de que las técnicas aplicadas hayan fallado, se recurre a la ovodonación. Esta se emplea debido a poco número de óvulos o mala calidad ovocitaria o embrionaria causada por una edad materna avanzada, o en pacientes portadoras de una alteración genética o cromosómica no susceptible de DGP.
Durante este método, se extraen los ovarios mediante la punción de los folículos. Se debe realizar bajo anestesia y el seguimiento es llevado mediante ecografía.
Más tarde en el laboratorio se preparan y clasifican los óvulos para luego ser fecundados con el semen de la pareja o con un banco si está indicado. Después los embriones resultantes son transferidos al útero de la mujer receptora, con tasas de gestación que pueden llegar hasta el 95%.
Estas técnicas favorecen el proceso de Reproducción Asistida y reducen el índice de interrupción de embarazo:
Es un sistema de cultivo para embriones que favorece la reproducción de las condiciones más adecuadas y cercanas a las del cuerpo de la mujer. Los embriones son sometidos a una observación de 24 horas al día. En el caso de una incubadora convencional se observa cada embrión en una única ocasión cada 24 horas.
Esta metodología nos proporcionan más datos sobre el desarrollo de los embriones. También logra aumentar la probabilidad de gestación, ya que es posible escoger los embriones en función a su desarrollo.
Fomenta la implantación del embrión en el útero y presta ayuda a la hora de conseguir el embarazo. Se crea un pequeño orificio en la capa que rodea al embrión para mejorar su salida y favorecer su posterior implantación en el útero.
Esta técnica consiste en el cultivo de los embriones durante un largo periodo de tiempo de 5-6 días, hasta lograr alcanzar el estado de blastocisto. Esto permite producir un proceso de diferenciación celular, por un lado una masa celular interna, que dará lugar al feto, y una capa celular externa que originará la placenta.
Este proceso nos permitirá conseguir mucha más información sobre los embriones y hacer un seguimiento de su evolución durante periodo de tiempo más prologado. Esto permitirá la posibilidad de elegir los mejores.
IMSI
Se trate de una técnica de selección espermática en la cual, mediante el uso de un microscopio mucho más potente que los convencionales. De esta forma se podrán examinar con mayor detalle los espermatozoides y seleccionar aquellos con menos alteraciones.
También se puede realizar un Diagnóstico Genético Preimplantacional. Mediante este se realiza un estudio genético de los embriones que permita seleccionar y transferir aquellos sin anomalías. Así se incrementa la probabilidad de éxito de embarazo y se logra disminuir el riesgo de aborto espontáneo.
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